MI PRIMERA GUARDIA fue el día 29 de mayo de 2012, con mi R2, Carmen. Estuve todo el tiempo con ella, aprendiendo de ella y de los adjuntos. Hubo dos ingresos, un niño con adenitis cervical para tratamiento antibiótico intravenoso (caso que leí yo en el pase de guardia a la mañana siguiente) y un lactante con insuficiencia cardiaca secundaria a CIV e hipertensión pulmonar.
MI SEGUNDA GUARDIA, la primera estando "sola" como residente de pediatría fue el domingo 3 de junio de 2012. Y pongo sola entre comillas porque me sentí muy arropada en todo momento por los adjuntos, Salvador Ibáñez, Luiggi Infantes y Myriam Valero. Atendí a varios pacientes yo sola, preguntando mis dudas de la exploración física, diagnóstico y tratamiento a los pediatras, pero incluso en algunos niños, no tuve que hacerlo, por ejemplo en un niño con fiebre por cuadro viral de faringoamigdalitis.
Vino un niño con una herida sangrante profunda en la región infrarrotuliana. Lo atendí, escribí la historia clínica y me enseñaron a dar puntos de sutura. Se necesitaron 5 puntos de vicryl para la capa muscular, el primero de los cuales fue dado por Luiggi y el resto los hice yo, siguiendo sus indicaciones. Despúes uní los bordes cutáneos con puntos de sutura de seda no reabsorbible. No salió perfecto... pero a mi inexperiencia se añadía que la herida presentaba una forma bastante irregular.
En fin, fue una guardia muy movidita, con 125 pacientes en todo el día, pero tan solo un ingreso. Fue un niño que acudió por una convulsión epiléptica focal sin pérdida de consciencia, con anartria, sonidos guturales, movimientos clónicos de hemicuerpo derecho y hemicara derecha, y con posterior recuperación completa. El diágnostico probable emitido por el neuropediatra Salva fue epilepsia rolándica, muy frecuente entre los pacientes de edad escolar.
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